Franklin Medrano guía empresarios latinos a superar el estrés financiero con una nueva cámara de comercio
La Cámara de Comercio Dominicana fue fundada el 20 de marzo de 2020. Franklin Medrano, presidente de la entidad, habla sobre el trabajo que la nueva cámara está haciendo para ayudar a los empresarios latinos en el valle de Delaware.
Juan Francisco Medrano inició como empresario en Filadelfia en el año 2004, como dueño de la bodega Family Grocery, en la esquina de la calle 35 y la avenida Allegheny. Desde entonces, comenzó a establecer relaciones con comerciantes locales mientras desarrollaba una carrera en los medios tradicionales del área, tal como hacía en su natal Valverde, una provincia en la región norte de la República Dominicana.
Después de dirigir la bodega por tres años, Medrano lanzó el proyecto Actualidad Informativa, un programa de radio para La Unika 1680AM, de transmisión diaria en vivo, que inició en el año 2009. En 2015, el programa se convirtió en una producción semanal, televisada localmente a través de Telemundo 62.
Medrano, mejor conocido como Franklin, trabajó como el coordinador asistente de programas para la Cámara de Comercio Hispana del Gran Filadelfia entre 2011 y 2016, donde ayudó a empresarios latinos a obtener préstamos y diversos recursos.
En 2014, Medrano tuvo una conversación con Luis Mora, el fundador y presidente de la prestamista Finanta, sobre la creación de una cámara de comercio para los empresarios dominicanos.
En 2018, Medrano y su esposa, Angie Millán (originaria de Cali, Colombia), solicitaron una exención 501(c)(3) al estado de Pensilvania para crear una organización sin fines de lucro, con intención de servir a los pequeños empresarios en las comunidades latinas.
El 20 de marzo de 2020, la pareja recibió una notificación sobre la creación oficial de la Cámara de Comercio Domínico-Americana, en medio de una pandemia que ha creado estrés financiero en todos los sectores empresariales.
Desde entonces, cinco voluntarios han ayudado a Medrano, de 50 años, y Millán, de 42, con orientación y recursos, así como asistencia técnica y lingüística para los más de 22,500 negocios latinos en Filadelfia, los suburbios de Pensilvania, el norte de Delaware y el sur de Jersey.
En una entrevista reciente, Medrano habló sobre cómo la cámara se enfoca en ayudar de inmediato a los dueños de negocios (más de 500 se han inscrito hasta ahora), mientras trabaja en el establecimiento de la estructura formal y la declaración de misión de esta organización sin fines de lucro.
¿Cómo ha sido iniciar las operaciones de esta cámara de comercio cuando los dueños de negocios latinos están experimentando tanto estrés financiero?
Esto ha sido “manos a la obra” desde el principio. Nos hemos centrado en ayudar a la comunidad empresarial con el acceso a información de una manera personalizada y con el apoyo necesario para que soliciten los programas de ayuda, por lo que estamos llevando una operación normal, pero todavía no tenemos una estructura. A veces me río solo cuando veo que hemos presentado solicitudes para 106 empresas [hasta el 30 de abril], y 33 de ellas han recibido aprobaciones para los préstamos PPP, y no tenemos una declaración de misión aprobada por los miembros de nuestra junta. [Rie]. No me mal entienda, porque nos hemos reunido con los miembros de nuestra junta y hemos resuelto algunas cosas de la estructura básica de la cámara, pero nos hemos centrado en aprender qué es lo que los dueños de negocios necesitan ahora para poder ayudar. Todavía no tenemos un sitio web. No hemos lanzado oficialmente la cámara. Pero trabajamos hasta las 5:00 a.m. algunos días.
¿Por qué crear una cámara para los empresarios dominicanos?
Después de varios años trabajando como conector entre los dueños de negocios y los recursos, hemos aprendido a través de los contadores públicos que trabajan con nuestra comunidad empresarial que hay un gran grupo de dominicanos que manejan negocios en el valle de Delaware. No hace tanto que teníamos organizaciones bastante sólidas como la Asociación Dominicana de Bodegueros y Supermercados y la Asociación de Comerciantes Dominicanos, que tenían una reputación e influencia fuerte en la ciudad. Ese liderazgo ha disminuido, lo que también ha afectado nuestra organización como comunidad.
Entonces, vimos la necesidad de organizarnos, nuevamente, y presentar números que validen nuestra presencia. No hay números exactos sobre cuántos negocios latinos tenemos en nuestra área. No hay registros en la ciudad ni con ninguna cámara de comercio. Necesitamos cambiar eso para que los funcionarios se comprometan con nuestras necesidades y reconozcan nuestros esfuerzos, desarrollen recursos y programas que se adapten a nuestras estructuras comerciales que son específicas en nuestros negocios. Sí, se llama la Cámara Dominicana, pero no discriminamos. Es para todas las mujeres y los hombres latinos en los negocios, que necesiten apoyo, representación y una entidad que realmente pueda abogar por sus intereses.
¿Qué está tratando de lograr con la cámara y cómo lo piensa hacer?
Uno de los retos es crear un registro de las empresas latinas en el valle de Delaware, especialmente las de propiedad dominicana. Esto ya lo comenzamos con una membresía sin costo, que los propietarios pueden solicitar al completar un formulario que enviamos a través de WhatsApp. De esta forma, aprendemos la nacionalidad y los antecedentes de los propietarios, la dirección de la empresa, el tamaño y el sector industrial, entre otros detalles. Los comerciantes se convierten en parte de esta gran base de datos que utilizamos para conectarnos con ellos de manera personal a través de aplicaciones de chat, teléfono o correo electrónico, para compartir información sobre oportunidades y enviar videos que producimos para explicar cómo acceder a los recursos. Hasta ahora, hay 516 miembros en nuestro registro.
Por otro lado, queremos que la cámara sea el enlace, un vehículo de comunicación para los dueños de negocios, la Administración de Pequeñas Empresas y todo lo que haya de por medio. La pandemia ha hecho evidente esta enorme disparidad que tienen las empresas latinas para acceder a capital, el dominio del idioma y el uso de tecnologías. Angie, quien es el cerebro de todas nuestras operaciones, está trabajando con los voluntarios para conectar a los dueños de negocios con oportunidades de grants y con los prestamistas, con beneficios y recursos que la ciudad ha estado proporcionando durante años y que la mayoría no conocía, con oportunidades educativas como seminarios web sobre negocios y estrategias marketing, y ha estado ayudando con el llenado de las solicitudes y la recopilación de documentación. ¡Yo solo soy una bocina aquí!
Hay varias cámaras para trabajar en el valle de Delaware, incluso una para las comunidades hispanas. ¿Qué hará diferente la Cámara Domínico-Americana?
Sabes, Filadelfia es un lugar donde se respira un sentido de comunidad, y cuando uno se establece aquí, no se quiere ir de la ciudad. Queremos brindarle eso mismo al latino que es propietario de un negocio: una comunidad que los apoya mientras se establecen y los ayuda a mantenerse aquí. El dueño de un negocio en Filadelfia, Camden, Delaware del Norte, en cualquier lugar debería tener a quién llamar cuando necesite ayuda para abrir un [mensaje] correo electrónico. Estamos aquí para llamar a esa persona y hablar en su idioma. También estamos aquí para vigilar por el mejor interés del empresario, acechando la próxima legislación que apruebe el Concejo Municipal, listos para abogar por políticas que no perjudiquen ni sobrecarguen a las empresas latinas.
¿Qué nos puede decir sobre los miembros de la cámara y las organizaciones que hasta ahora apoyan el trabajo de la cámara?
La mayoría de los negocios en nuestra base de datos recién creada son propiedad de dominicanos, seguidos por colombianos, puertorriqueños, salvadoreños, guatemaltecos y brasileños en sectores como bodegas, negocios multiservicio, salones de belleza, compañías de taxis, barberías, restaurantes y empresas de construcción.
Estamos trabajando con otras organizaciones sin fines de lucro dedicadas al sector empresarial latino, como Finanta, Community First Fund y el Centro de Desarrollo para las Pequeñas Empresas de la Universidad de Widener. También esperamos conectarnos con la Cámara de Comercio Hispana del Gran Filadelfia y Nueva Esperanza.
¿Le preocupa que otros puedan considerar esto como un comienzo turbulento para una organización sin fines de lucro?
Honestamente, sí. Estamos incompleto porque no estamos estructurados. No lo estamos, y esto [entrevista con El Inquirer] es una gran exposición ante la gente. Pero, la cantidad de trabajo que tenemos es lo que nos mantiene despiertos de noche. La alegría de hacerlo, también. En los últimos días, Angie y yo estábamos hablando con un cliente por FaceTime, tratando de guiarlo para configurar su cuenta de correo electrónico en su teléfono. Para hacerle el cuento corto, el cliente abrió el mensaje del inbox y era la aprobación de un préstamo PPP. Estábamos brincando de la emoción. Todo fue una fiesta virtual después de eso.
Una vez que la tormenta causada por la pandemia se calme, ¿cuáles son los planes para la cámara?
Necesitamos volver a la estructura de la cámara y terminar eso. Planeamos trabajar con un presupuesto basado en grants, al menos durante los próximos dos años, porque no es un momento adecuado [para las cuotas de membresía]. Esto nos dará tiempo para crear un historial de trabajo: ¿A cuántos propietarios de negocios hemos ayudado y cuáles son los beneficios que hemos traído a la comunidad [en esos dos años]?
Se puede contactar con los representantes de la Cámara de Comercio Domínico-Americana en dominicanchamber@gmail.com