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Coloridas bibliotecas comunitarias en español llegan al sur de Filadelfia con Philibros

Philibros es una iniciativa para conectar a las comunidades latinas con la literatura en español, producida por autores locales y escritores de todo el continente americano.

Un "huecalibrero" recién instalado por los organizadores de Philibros dentro de Kala's Estética Unisex en el sur de Filadelfia el sábado, 10 de abril de 2021.
Un "huecalibrero" recién instalado por los organizadores de Philibros dentro de Kala's Estética Unisex en el sur de Filadelfia el sábado, 10 de abril de 2021.Read moreTIM TAI / Staff Photographer

Es común utilizar huacales de madera para transportar frutas y verduras en los mercados locales y los de plástico para sentarnos en las bodegas. Pero, en el sur de Filadelfia, los huacales también se utilizan para elaborar obras de arte y, en vez de cargar productos, cargan libros gratuitos en español para que la gente los pueda leer.

“Philibros: Libros para Compartir” es una iniciativa para conectar a las comunidades latinas con literatura en español, producida por autores locales y escritores de todo el continente americano. El proyecto inaugurado el 31 de marzo, está organizado por los líderes comunitarios mexicanos Edgar Ramírez, Reyna Casarez, Dulce Ramirez y Carlos José Pérez Sámano.

Durante años, el grupo estuvo planificando cómo hacer un programa para promover la lectura en español en las comunidades latinas del sur de Filadelfia, pero no sabían cómo implementarlo. No fue hasta que la cuarentena les dio tiempo para organizar el proyecto Philibros en octubre.

El programa motiva a clientes y residentes a recoger libros de los “huacalibreros”, las bibliotecas hechas de huacales, ubicadas en negocios locales de latinos alrededor del mercado de la Calle 9 y los vecindarios latinos de South Philly.

Los residentes pueden hojear las publicaciones mientras comen en sus restaurantes locales favoritos o cuando esperan su turno en las peluquerías. Pueden llevarse a casa los que más les gusten y traerlos de vuelta cuando terminen o pasárselos a un amigo o familiar para mantener la lectura a flote.

“Nuestra comunidad trabaja mucho y no tienen tiempo de ir a la biblioteca a buscar un libro en español, más ahora que hay horarios restringidos por la pandemia”, dijo Edgar Ramírez, periodista comunitario y uno de los cuatro cofundadores del proyecto. “Si vamos a ser el país con más hispanohablantes, entonces deberíamos tener más lectores en español”.

Cada “huacalibrero” es bautizado con el nombre de un líder comunitario o una organización local reconocida por los miembros de la comunidad, para destacar su impacto en el sur de Filadelfia y en el resto de la región.

El primer “huacalibrero” se instaló en Los Taquitos de Puebla, un restaurante ubicado en la cuadra 1200 de la Calle 9 Sur. Lleva el nombre del fallecido médico y cirujano plástico Dr. José Castillo, quien ayudó a establecer una clínica gratuita en Kennett Square para trabajadores migrantes mexicanos y fue un miembro activo en las comunidades latinas de la región.

La iniciativa fue tan bien recibida por los miembros de la comunidad que decenas de empresarios locales han contactado a los organizadores para pedir un “huacalibrero” en su locación.

El sábado, 10 de abril, los organizadores le obsequiaron uno a la empresaria Alma Romero en su restaurante Alma del Mar. Este “huacalibrero” fue dedicado a Casa Monarca, una organización sin fines de lucro del sur de Filadelfia con la misión de preservar la cultura y tradiciones mexicanas en la ciudad. Fue un lugar donde varios jóvenes aprendieron y practicaron su español hasta el día en que cerró sus puertas en 2016.

“Casa Monarca me trae mucho orgullo y recuerdos”, dijo Romero. “Mis hijas fueron allí, para no olvidar su cultura y para nosotros ese lugar siempre ha sido y será muy importante”.

En Kala’s Estética Unisex, ubicado en la avenida Passyunk, la organizadora Casarez presentó la iniciativa a la propietaria del negocio, Leticia de la Cruz González, y colocó el “huacalibrero” dentro de su salón de belleza, el sábado al mediodía.

Osvaldo Martínez, de 25 años, estaba de visita para un corte de cabello. Se mostró interesado en la colorida caja y tomó una copia de El general en su laberinto de Gabriel García Márquez. Dijo que tiene algunos libros en casa, pero muy pocos en español. “Es bueno que nuestra gente pueda empezar a leer, de nuevo”, dijo.

De la Cruz González, de 38 años, dijo que había recurrido a profesores privados de español para mejorar las habilidades bilingües de sus hijos. Ella espera poder compartir las publicaciones con otras personas que deseen hacer lo mismo.

“He tratado de preservar el idioma en [mis] niños, pero la gramática es algo que no se los puedo enseñar”, dijo.

El número de hispanohablantes nativos en los Estados Unidos se ha más que duplicado desde 1990. Sin embargo, movimientos como “English Only” han presionado para que se limite el uso del español, lo que perjudica a los hispanos y latinos. Estados Unidos, como país, no tiene un idioma oficial.

Según el American Community Survey de 2019 de la Oficina del Censo, el 11,1% de los residentes de Filadelfia de 5 años de edad o más hablan español en casa, y el 55,8% de esa población también habla inglés “muy bien”.

Edgar Ramírez explicó que muchos inmigrantes no se sienten cómodos entrando en una biblioteca a preguntar dónde está la sección en español, porque tienen una oferta limitada, y en ocasiones, les resulta muy caro comprar libros nuevos en español.

“Una editorial incluso nos dijo que la mayoría de los libros en español los compran [residentes locales] no latinos”, dijo Edgar Ramírez.

Los fundadores de Philibros también quieren que las nuevas generaciones de latinos nacidos en los EE.UU. preserven su herencia leyendo en español y conozcan los libros clásicos de autores en español como Gabriel García Márquez y Octavio Paz.

Los “huacalibreros” fueron elaborados por las cofundadoras Dulce Ramirez, Reyna Casarez y varios artistas locales como César Viveros, José Lemus y Antonio Arroniz. Cada biblioteca tiene alrededor de 25 libros en varios géneros y para todas las edades. Cada libro tiene un sticker que explica la misión de Philibros, y cada “huacalibrero” viene con un código QR que explica el concepto del proyecto.

Cada caja está al lado de una botella de desinfectante de manos para uso de los clientes. Los dueños de los negocios también son responsable de desinfectar cada libro después de que un cliente lo haya mirado, además de implementar las demás medidas de prevención de COVID-19 que tienen los establecimientos.

Ya hay cuatro “huacalibreros” instalados y planean agregar cuatro más esta semana. Dependiendo de las donaciones de libros, esperan colocar 20 alrededor de South Philly para finales de mayo. Edgar Ramírez dijo que la iniciativa también ha recibido atención de los residentes latinos en el norte de Filadelfia y que al grupo le gustaría expandir el proyecto a toda la ciudad.

Además de compartir libros, Philibros también espera producir entrevistas con autores locales en la estación de radio comunitaria Philatinos Radio, promover lecturas para niños a través de Facebook Live y realizar talleres de lectura y escritura pregrabados en sus redes sociales, para promover hábitos literarios en las comunidades latinas.

“La mayoría de las personas no pueden viajar en tiempos de COVID, pero algunos miembros de nuestras comunidades no han tenido la oportunidad de viajar durante años debido a su condición de inmigrantes, pero podemos hacer que viajen leyendo en un idioma que puedan entender”, dijo Carlos José Pérez Sámano, cofundador y escritor local cuyas obras se incluyen en cada “huacalibrero”.

Philibros está aceptando donaciones de libros en español. Para obtener más información sobre cómo donar, escriba un mensaje por correo electrónico a info.philibros@gmail.com. Para aquellos interesados en ser voluntarios con esta iniciativa, por favor contacte a los organizadores a través de mensajes directos en sus páginas de Facebook e Instagram a través de @Philibros.

La reportera Jesenia De Moya Correa contribuyó a este artículo.