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Rev. Yesenia Alejandro se convierte en la primera sacerdotisa hispana en la Iglesia Episcopal de Pensilvania

"...cuando me trajeron a Jessie, me di cuenta, por su espíritu, que llegaría lejos", dijo Deirdre Whitfield, la mentora de la reverenda Yesenia Alejandro, la primera sacerdotisa latina episcopal.

Rev. Darrell Tiller (izquierda) y la reverenda Yesenia "Jessie" Alejandro (derecha) están de pie mientras el obispo Daniel Gutiérrez rompe una hostia para la comunión, durante su ceremonia de ordenación en la Iglesia Episcopal St. John en Norristown, Pensilvania, el sábado 10 de octubre de 2020.
Rev. Darrell Tiller (izquierda) y la reverenda Yesenia "Jessie" Alejandro (derecha) están de pie mientras el obispo Daniel Gutiérrez rompe una hostia para la comunión, durante su ceremonia de ordenación en la Iglesia Episcopal St. John en Norristown, Pensilvania, el sábado 10 de octubre de 2020.Read moreTIM TAI / Staff Photographer

Las comunidades latinas de la región del Gran Filadelfia celebraron un hito este fin de semana: Yesenia “Jessie” Alejandro se convirtió en la primera hispana ordenada como sacerdotisa en la Diócesis Episcopal de Pensilvania.

“Me alegra haber logrado este hecho histórico, porque ahora podemos traer esperanza y representación a nuestra comunidad como la sacerdota hispana”, dijo Alejandro, de 49 años de edad.

Alejandro, madre de cuatro y abuela de 11, fue ordenada el sábado durante una ceremonia en la Iglesia Episcopal St. John en Norristown, después de siete años de estudios y servicio local en un camino no convencional hacia el sacerdocio episcopal.

Después que fue ordenada diaconisa el 21 de diciembre de 2019, Alejandro fue reasignada de la Iglesia Episcopal St. Mary en el condado de Chester a St. John, donde sirvió a una congregación principalmente de habla hispana.

Durante los 10 meses que pasó en la transición de diaconisa a sacerdotisa, Alejandro ayudó a familias en las comunidades del sur de Nueva Jersey, Filadelfia y los condados circundantes, con la distribución de alimentos y apoyo espiritual y emocional, de puerta a puerta, durante la pandemia. Creó dos ministerios dedicados a asuntos de mujeres y hombres en Norristown y dirigió la creación de una red de apoyo para guatemaltecos en el área de Filadelfia con familiares en América Central.

Había servido como pastora en una iglesia sin denominación durante 11 años en el sur de Filadelfia y pasó 20 años dirigiendo el ministerio Misión de Madres en Kensington.

La Diócesis Episcopal de Pensilvania ha estado ordenando latinas como diaconisas y sacerdotisas durante más de 20 años, algunas que fueron traídas de otras localidades, incluido Puerto Rico, y otras que ascendieron dentro de la iglesia del estado, para servir en otros lugares.

Alejandro, quien llegó a Filadelfia en 1991 desde Barranquitas, Puerto Rico, es la primera líder episcopal con vínculos locales que ha completado el proceso hacia el sacerdocio, ascendiendo desde dentro de la diócesis del estado y permaneciendo para servir a las comunidades hispanas e inmigrantes en Pensilvania.

Kimberly Lamberty Torres, una puertorriqueña de Filadelfia que ahora vive en Lindenwold, en el condado de Camden, conoció a Alejandro durante los esfuerzos humanitarios que ambas llevaron a cabo en Puerto Rico, después que los huracanes Irma y María azotaran la isla en 2017. Dijo que los logros de Alejandro abren puertas que no existían antes para las latinas.

“El lugar para las mujeres en la iglesia era muy limitado. Ahora, ella está rompiendo los estereotipos y haciéndolo cómodo para las mujeres, haciendo que sea seguro para las mujeres hablar sobre violencia doméstica y matrimonios difíciles, en un mundo hecho para los hombres”, dijo Torres.

Como parte de su trayectoria para convertirse en sacerdotisa episcopal, Alejandro tomó clases sobre antirracismo, seguridad infantil y de la iglesia; leyó sobre anglicanismo y cristianismo en Asia, África y América Latina; tuvo que memorizarse el manual del sacerdote; asistió a conferencias; trabajó de cerca con un sacerdote; completó una evaluación psiquiátrica; y se mantuvo en forma.

Daniel Gutiérrez, el obispo XVI de la Diócesis Episcopal de Pensilvania, dijo que Alejandro es la primera persona de origen hispano en llegar al sacerdocio a través del programa de formación local, que presentó ante los cánones en 2017, como un camino alternativo al servicio, creado para aquellos que encuentran su vocación para servir a la iglesia, pero no tienen el tiempo o los recursos económicos necesarios para asistir a una universidad teológica.

Alejandro fue ordenada junto con el reverendo Darrell Tiller, un pastor Negro que sirvió en la Iglesia Episcopal Africana de St. Thomas.

“La Iglesia se trata de inspirar a la gente. Se trata de pertenecer. No hemos sido eso por mucho tiempo, así que me llena el corazón y me llena de humildad poder decir esas palabras sagradas para ordenar a Jessie y Darrell”, dijo Gutiérrez en una entrevista telefónica.

La reverenda Deirdre Whitfield, vicaria de la Iglesia Episcopal St. Mary en Chester y mentora de Alejandro durante su ascenso a diaconisa y sacerdotisa, la describió como una “persona para disfrutar”.

Dijo que la última hispana ordenada diaconisa en la Diócesis Episcopal del estado fue Jackie Ponce a finales de la década de 1990, quien sirvió en la Iglesia Libre de St. John en Kensington. Whitfield dijo que no había habido ninguna sacerdotisa latina, hasta ahora.

“Estaba esperando la oportunidad de guiar a otros quienes tuvieran la vocación de servir en la iglesia, y cuando me trajeron a Jessie, me di cuenta, por su espíritu, que llegaría lejos”, dijo.

David Cruz, fotoperiodista y esposo de Alejandro, dijo que su familia está muy contenta de que ella perseveró a lo largo de los años y está ansiosa por ver qué hará por los marginados.

“Ella conoce los pormenores y cómo funciona la ciudad, así que ahora la comunidad tiene a alguien [en la iglesia] que comprende a los lugareños y su cultura”, dijo.

Luego de la ceremonia, Alejandro dijo que está lista para su nuevo rol: “sé que tenemos mucho trabajo en por delante en nuestras comunidades, porque hay una gran necesidad en este momento. Estoy nerviosa, pero esperanzada que saldremos de esto”.