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El restaurante del Mercado Italiano Alma del Mar cierra sus puertas: ‘Ya habiamos pasado por mucho’

Tras cuatro años de su aparición en el programa “Queer Eye”, la comunidad del sur de Filadelfia se despide de Alma del Mar.

Alma Romero y su esposo Marcos Tlacopilco en la apertura de Alma del Mar en el Mercado Italiano. Foto tomada el 11 de julio de 2020.
Alma Romero y su esposo Marcos Tlacopilco en la apertura de Alma del Mar en el Mercado Italiano. Foto tomada el 11 de julio de 2020.Read moreElizabeth Robertson / Staff Photographer

Cuando Alma Romero pasa por el bloque 1000 de la calle Nueve, en el centro del mercado italiano del sur de Filadelfia, siente su corazón partirse un poco.

El anuncio blanco con letras azules que daba la bienvenida a su restaurante, Alma del Mar, ha desaparecido. El colorido mural en el que aparecía el cast de Queer Eye y la frase “A todo lo que hagas ponle el corazón” ahora yacen cubiertos de pintura negra. El patio donde recibía a sus clientes está colmado de silencio. Y su equipo de cocina brilla por su ausencia, mientras sus clientes se preguntan por qué cerro Alma del Mar.

No hubo ni una última cena conmemorativa de despedida.

“Nos entristece anunciar que Alma del Mar ha cerrado”, dice un mensaje publicado en la cuenta de Instagram del restaurante el 9 de octubre, seguido por emojis de corazones rotos y caritas llorando de clientes que expresaron su tristeza y conmoción.

A pesar del inesperado cierre, para Romero, la decisión es la cronica de una muerte anunciada.

“Ya habíamos pasado por mucho, tanto que ya el estrés estaba fuerte, ya era denaciado”, dijo Romero. “Ya no habia seguridad para nosotros, ya no era lo mismo” añadió.

La delincuencia contribuyó al cierre de Alma del Mar, según sus propietarios

Alma del Mar alcanzó la fama incluso antes de abrir sus puertas, tras aparecer en la quinta temporada de Queer Eye de Netflix, en el episodio Father Knows Fish.

En los últimos cuatro años, el restaurante se convirtio en un emblema comunitario.

Pero los dos últimos años han sido duros, según Romero.

En agosto de 2023, Alma del Mar fue uno de tres restaurantes del sur de Filadelfia cuyas camionetas fueron robadas, poniendo en riesgo la operacion del restaurante de Romero y del negocio de su esposo Marcos Tlacopilco, Marcos’ Fish & Crab House.

Varios meses y un GoFundMe después, ambos negocios volvieron a funcionar tras sustituir los vehículos con ayuda de la comunidad.

Pero la calma duró poco.

En febrero, tres hombres robaron el cajero automático de Alma del Mar.

Un mes después, otro amigo de lo ajeno robó un contenedor de mariscos grande de Marcos’ Fish & Crab House.

En ambos casos, Romero recuerda llamar a la policía. Pero, tras largas esperas y barreras lingüísticas, las cosas no pasaron a mayores.

Lo que hizo que Romero empezará a plantearse la posibilidad de cerrar Alma del Mar llegó una tarde de abril, tras ser golpeada en el Mercado Italiano durante un aparente intento de robo.

La gota que derramó el vaso

El 14 de abril parecía ser como cualquier otro día laborable.

Parada afuera de Alma del Mar, Romero vigilaba Marcos’ Fish & Crab House mientras Tlacopilco fileteaba pescado en el sótano.

De repente, una mujer se acercó al congelador exterior de la pescadería y robó algunos salmones, según Romero.

Acto seguido, la sospechosa tomo algunas verduras de un puesto aledaño y entro a la tienda KD Discount, donde intentó robar una peluca.

Romero tiró de la peluca.

Lo siguiente que recuerda es a la mujer abalanzándose sobre ella y golpeándola repetidamente en la cabeza.

“Yo que nunca he peleado a puños, sangraba y traia la cabeza como globo,” dijo Romero.

El propietario de KD Discount intentó intervenir, pero recibió un golpe en la cara tan contundente que requirió suturas, dijo Romero.

Ambos fueron trasladados a Thomas Jefferson University Hospital. La mujer que los ataco se marchó sin reparo.

La policía llegó al hospital dos horas después del ataque, mientras Romero convalecencia en una de las camas.

La dificultad de una barrera lingüística

“¿Cuántas veces te golpearon?” Romero, cuya lengua materna es el español, recuerda que un agente le preguntó en inglés.

Aún confundida por el ataque, y siendo interrogada en un lenguaje que no domina sin traductor, Romero respondió: “No sé, como cinco”.

La entrevista no duró mucho después de eso, según Romero, sobre todo porque los agentes y ella no se entendían.

Cuando se recuperó e intentó hacer justicia, su abogada le informó que la policía había registrado el incidente como golpes no agravados. Según el informe policial: “La denunciante declara no haber sufrido lesiones”.

“Si los golpes no son agravados entonces que?”dijo Romero. “Hasta que no me saquen un ojo o me den un balazo la polica va a hacer algo? "

Sin hablar directamente del caso de Romero, el agente Miguel Torres, portavoz de la policía, destacó la necesidad de tener un traductor cuando se es entrevistado por la policía como un derecho estipulado en las directrices del departamento de policía de Filadelfia.

“Tenemos una línea de traducción, de modo que si no hay ningún agente que hable español, estamos obligados a ponernos en contacto con nuestra central y solicitar un traductor”, dijo Torres, destacando la complejidad de calcular cuántos policias de Filadelfia hablan español.

Algunos “hablan español, pero no están certificados por la ciudad para traducir”, dijo Torres, añadiendo que los oficiales no certificados a menudo ayudan con las traducciones en escenas del crimen.

La policía no respondió a preguntas concretas sobre el caso de Romero.

Según la experiencia de la propietaria de Alma del Mar, las veces que ha tenido acceso a un traductor al ponerse en contacto con la policía se cuentan en una mano.

En una ciudad donde el español es el segundo idioma más hablado, los Tlacopilco-Romero no son los únicos con esta experiencia.

‘Se siente que no somos prioridad’

Juan Carlos Romero, presidente de la Asociación de Empresarios Mexicanos de Filadelfia, ha perdido la cuenta de cuántas veces los negocios mexicanos del Mercado Italiano no han podido obtener ayuda debido a barreras del lenguaje.

Este año, al menos seis negocios han llamado a la policía tras ser victimas de la delincuencia, según Romero, ya sea por vandalismo o por robos de mercancía.

“Se siente que no somos prioridad por que somos Latinos”, dijo Romero. “No es lo mismo que hable una persona que se llame Ashley Johnson, a una que se llame Lupe Hernandez.”

Muchas veces, según Romero, los mercaderes llaman al 911, sólo para ser puestos en espera hasta que un hispanohablante pueda atender la llamada.

“Te dejan esperando minutos, hasta horas, solo para que no haya asistente que nos apoye y terminemos colgando, y ni modo nos quedamos con esa frustración,” dijo Romero.

Este año, el Departamento de Policía de Filadelfia ha solicitado 30 interpretaciones en español, según la base de datos de la ciudad.

El legado de Alma del Mar

Después de aquel ataque de abril, empezaron a acumularse los problemas para el restaurante, según Alma Romero.

Tratar con el Departamento de Licenses and Inspections de la ciudad tambien restulto complejo debido a la barrera del idioma. Andrea Gonzáles, líder de planificación comunitaria de Filadelfia que murió el año pasado en un accidente de bicicleta, solía ayudar con traducciones e interpretaciones, pero eso ya no es posible.

A través de la asociación, Alma del Mar pudo obtener alguna ayuda, pero los costos de las inspecciones y los permisos eran demasiado elevados y, con la reducción del tráfico peatonal, se hizo más difícil mantenerse a flote.

“Ya debiamos de la renta, y por mucho que amabara mi Alma del Mar, llegó un punto en que se hizo insostenible”, dijo Romero. “Aúnque duela teniamos que cerrar antes del invierno porque baja el volumen de clientes.”

Para Tlacopilco aceptar la decisión tomo tiempo.

“Alma del Mar tenía todo para salir adelante, la plataforma con Netflix, la gente y nuestro cariño, pero a veces las cosas no salen como uno quiere”, dijo Tlacopilco.

Para Erick Barragán, uno de los primeros clientes del restaurante, Alma del Mar era algo más que su lugar favorito para comer camarones; era “un importante centro para la comunidad, no sólo para los comerciantes, sino para la sociedad”.

“Voy a extrañar tener un espacio de reuniónes para hablar con la gente y las celebraciones navideñas a las que todo el mundo venia” dijo Barragán.

Mientras Romero busca restablecer su paz y enfocarse en su amor por las artes escenicas, la familia intenta levantar nuevo proyecto: Hamburguesas de salmón congeladas que esperan distribuir en supermercados para el año que viene.

“No se crea es una depresión fuerte que viene y va”, dijo Romero. “Pero mi Alma del Mar fue mi sueño hecho realidad mientras duro y le pusimos todo el corazón.”