En Reading, una comunidad vive día a día en medio de la búsqueda del “jefe” criminal conectado al caso David Ortiz
Luis Alfredo Rivas-Clase, un sospechoso en el tiroteo del exjugador de los Medias Rojas, podría estar escondido en Reading, según dicen las autoridades locales.
READING — Su apodo ha aparecido dos veces en casos de violencia en esta ciudad, susurrado tanto por sus víctimas y testigos por igual: Facha, que en el argot popular dominicano, se usa para describir las vibras y motivos que muestran las apariencias de alguien.
Aquí, en Reading, está vinculado a un hombre que la policía cree que tiene el control de un grupo de delincuentes que robarían, e incluso matarían, bajo su mando.
Es un hombre que, a pesar de estar bajo la lupa internacional por su supuesto rol en el acto criminal en que resultó baleado un héroe querido del béisbol estadounidense, se cree estar escondido entre los 12,000 dominicanos que llaman a esta pequeña ciudad su hogar.
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En República Dominicana, Luis Alfredo Rivas-Clase es uno de los principales sospechosos (buscado por las autoridades) en el incidente en que fue baleado David Ortiz, el exjugador de los Medias Rojas de Boston, a principios de mes.
En Reading, la policía describe a Rivas-Clase como un jefe del crimen que enfrenta cargos por ordenar la matanza de un adolescente involucrado en una rivalidad romántica.
“No te quiero en Reading. Ni la policía ni nadie nos detendrán”, dijo Rivas-Clase en un mensaje de voz enviado en abril de 2018, según los documentos de la corte. “Vamos a matarte. Tienes una semana para dejar Reading”.
El joven quien recibió las amenazas fue baleado frente a su casa días después, según la policía. Aunque sobrevivió al atentado, al final, dicen que Rivas-Clase consiguió lo que quería: la víctima y su familia huyeron de Reading.
El rol que la policía dice que el sospechoso de 31 años de edad jugó en ese intento de asesinato fue sorprendentemente similar al que dicen que jugó en el atentado público en que resultó herido Ortiz en Santo Domingo el viernes 9 de junio.
En el caso en Dominicana, las autoridades dicen que Rivas-Clase es mejor conocido por otro apodo: El Cirujano.
La Policía Nacional Dominicana dice que Rivas-Clase ayudó a organizar y planear el ataque en que Ortiz resultó herido. El miércoles por la noche, Associated Press informó que Jean Alain Rodríguez, el procurador general de la República Dominicana, dijo que Ortiz no era el objetivo del acto criminal. Hasta el miércoles, 11 sospechosos en el tiroteo están bajo custodia, incluido quien admitió ser el tirador.
Las autoridades dominicanas siguen buscando a Rivas-Clase. Aquí, a 2,414 kilómetros de distancia, se lleva a cabo una búsqueda similar, por el papel que supuestamente desempeñó en el tiroteo de abril de 2018.
“Nuestros investigadores creen que él es más como un jefe”, dijo en una entrevista el subjefe de policía Osborne Robinson III, sobre el caso sucedido en Reading. “En este tiroteo, nunca estuvo presente. Él solo dio la orden para que sucediera”.
“De este caso, es evidente que pone la orden para que se hagan los disparos”, dijo Osborne.
El incidente en Reading comenzó cuando la víctima José Tavares fue seducido hacia un callejón cerca de su casa, por Danny Jiménez-Martínez, un amigo que conocía de la escuela, según cita la declaración jurada de causa probable presentada en el caso.
Jiménez-Martínez dijo que quería hablar con Taveras “en privado”, pero era una trampa: otro hombre, Johansel Jackson, estaba esperando a ambos y le dijo a Taveras que se subiera a su automóvil a punta de pistola.
Taveras corrió y Jackson le disparó en la ingle a unos pasos de la puerta de su casa. Tanto Jackson como Jiménez-Martínez fueron arrestados y acusados en el crimen.
Jackson se declaró culpable en abril de 2018 y está cumpliendo una sentencia de 12 a 35 años en una prisión estatal. Jiménez-Martínez nunca llegó a juicio: fue asesinado en un tiroteo no relacionado mientras estaba en libertad bajo fianza, según la policía.
En el curso de la investigación, dijo Robinson, la policía de Reading encontró un enlace a Rivas-Clase a través del apodo. Un detective que trabajaba un tiroteo ocurrido en octubre de 2018 escuchó el nombre “Facha”, que le recordó del caso de Taveras, y le llevó a nuevamente hablar con el adolescente, quien le mostró los mensajes de voz amenazadores que Rivas-Clase le había dejado.
La policía emitió una orden de arresto contra Rivas-Clase en abril 2019, un año después del atentado contra Taveras y solo unas semanas antes de que Ortiz fuera baleado.
Los investigadores dicen que Rivas-Clase y Jackson eran parte de una empresa criminal en Reading. Dicen que Jackson y “otros niños en la ciudad” trabajaron para él, “sacando cheques de buzones de correo y [ejecutando] estafas bancarias”. Luego, pasó el intento de asesinato.
Angelo Lee Cameron, un abogado de Center City que representó a Rivas-Clase en un caso no relacionado sucedido en octubre cuando, según dice la policía, el prófugo le dio un apellido falso a un oficial de Reading durante una parada de tráfico, se negó a comentar sobre las últimas acusaciones, citando el privilegio de abogado-cliente.
Durante un mes completo, la Oficina del Sheriff del Condado de Berks recibió solo algunas sugerencias sobre el paradero de Rivas-Clase, cuando las autoridades buscaban cumplir la orden de arresto en su contra. Luego, cuando los titulares de Ortiz llegaron a Reading, el Sheriff Eric Weaknecht dijo ser inundado con avisos y soplos.
Sus oficiales, quienes trabajan junto a los Marshals de EE. UU., han estado siguiendo las pistas que los residentes sugieren sobre dónde encontrar a Rivas-Clase, buscando en varias casas de la ciudad. Hasta ahora, han tenido poca suerte.
“Creemos que es muy probable que esté aquí debido a los amigos que podrían mantenerlo oculto”, dijo Weaknecht. “Les estamos diciendo a todos que estén atentos y que mantengan los ojos abiertos. Daremos seguimiento a cada una de las pistas que recibamos, incluso si se trata de alguien que se parece a él”.
A medida que la búsqueda de Rivas-Clase continúa en Reading, hay una mezcla palpable de confusión y sorpresa entre los residentes.
En la calle Windsor, cerca de la casa donde Rivas-Clase dijo a la policía que vive, los vecinos dijeron que la primera vez que lo vieron fue en fotos de la televisión después del tiroteo en que fue herido el célebre jugador de béisbol. Algunos especularon que usó la casa como una “dirección fantasma” para deshacerse de los investigadores. Nadie respondió a la puerta principal cuando los reporteros visitaron esta semana.
Dentro de la bodega Quisqueya Grocery, en las cercanías de la dirección, un dominicano de Licey al Medio dijo que ha vivido en el bloque durante 20 años. Considera que es una cuadra tranquila, y que los vecinos no toleran nada más que eso.
“Conocemos bien a las personas que viven aquí y su comportamiento”, dijo el hombre, quien pidió no ser identificado porque temía represalias. “A menos que la persona venga de otro lugar, claro está...”.
Otros líderes de la comunidad dominicana dicen que la atención que se le está prestando a Reading durante la búsqueda de Rivas-Clase no ha cambiado la vida diaria.
Pablo Ramírez, el propietario de Dominicana Taxi Express, dijo que la mayoría de las personas en la ciudad se mantienen “en calma”. Su consideración lleva peso: su compañía, que fundó en 2012, sirve como un directorio extra oficial para los latinos en la ciudad, proporcionando oportunidades de empleo, información sobre los servicios religiosos en el área, y orientación para los que llegan reciente.
“La realidad es que esto afecta a la industria turística allá”, dijo Ramírez, de 59 años de edad. “La gente aquí sigue yendo a trabajar y sale por la noche. La comunidad aquí está muy tranquila con esto”.
A medida que prevalece la calma dentro de la comunidad dominicana de Reading, los oficiales de la ley de dos países siguen decididos a encontrar al hombre que, según dicen, ordena la violencia.